lunes, 13 de abril de 2015

Eduardo Galeano


De que su obra era excelente, sencilla, poderosa y cercana no me cabe duda. Pero literatura genial hay bastante. Me duele la perdida de un gran literato, claro. Pero, él era especial, su relato el derecho al delirio fue de las cosas que más profundo han calado en mí,  leerlo era un alivio para mis fracasos. La primera vez que lo oí -no leí- me emocionó del tal forma, sentí que lo que pensaba y sentía cobraba forma y no era descabellado. Teníamos derecho al delirio, y como decía su amigo Fernando Birri era necesario, pues sin utopías no hay avance.
"¿Para qué sirve la utopía?, esta es una pregunta que yo me hago todos los días, yo también me pregunto para qué sirve la utopía. Y suelo pensar que la utopía está en el horizonte y entonces si yo ando diez pasos la utopía se aleja diez pasos, y si yo ando veinte pasos la utopía se coloca veinte pasos más allá; por mucho que yo camine nunca, nunca la alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, para caminar."

Muchas veces hice la broma que el DRAE debería de ser substituido por el suyo pues era más fidedigno, no era del todo broma.  Las Venas abiertas, Memorias del fuego para mí no son sus mejores obras, geniales por supuesto. Pero yo veía a Galeano con sus pequeños y poderosos relatos, en sus entrevistas, en sus testimonios sobre su amigo Allende, en su defensa a Chávez, en su programa Los hijos de los días que hacía a una despertarse pensando que iba a pisar sobre una pisada mucho más grande que la suya en el tiempo, que merecía la pena y hacía falta tener memoria. Tener un calendario Galeano.

Tengo la sensación de que el tiempo se ha parado, de que el siglo XX definitivamente ha muerto y son estos otros tiempos, nuevos tiempos sin testigos de los viejos que nos digan los porqués y los cómos hemos sido arrojados así en el tiempo y el nuevo orden del mundo.

Siento su perdida como una personal, lo sentía cercano, como si le hubiese conocido, me gustaba su voz, como narraba sintiendo lo que había escrito, su acento uruguayo, su mirada melancólica, critica y con esperanzas, ¡Cuánto habrán visto sus ojos! 

Galeano era tan humano. Y hoy con su perdida se me ha muerto y un pequeño o gran sueño. Hace tiempo conocí un hombre que había viajado a Chile y comido con Pablo Neruda, me lo narraba con orgullo pero como algo normal y pensé ¡qué honor! A partir de ahí quise conocer a Galeno. Luego a un grupo de personas que en las manifestaciones del 15M de Barcelona conocieron a Galeano y su mujer, que era un hombre muy cercano y hacía muchas preguntas, les decía lo necesarios que eran y que tenían su apoyo. Entonces unas amigas y yo nos propusimos viajar a Uruguay y conocer a Galeano, nunca nos pareció un imposible. Hoy se ha convertido en uno. Pero más me duele Galeano como perdida humana universal, no sólo literaria. 

Ahora muchos le harán homenajes y lloran su pérdida, espero que el tiempo y los medios de desinformación no vacíen ni mitifiquen su figura, que sus relatos sigan emocionando a jóvenes que creen que el mundo tiene remedio, y que cada fecha en el calendario siga cobrando significado gracias él.

No hace tanto decía Eduardo Galeano sobre la muerte de Gabo:

"Juntos bebamos más de una copa a la salud del saludable Gabo para reírnos juntos, porque vivo seguirá mientras sus palabras vivan y rían y digan."
Hoy a tu salud.
Que la tierra te sea leve.

.-Dawn 



domingo, 22 de marzo de 2015

Metamorfosis a Meursault



A ella le costaba verbalizar las cosas últimamente, no encontraba explicación aparente ya que antes de normal se explicaba bien. Tampoco encontraba necesarias la mayoría de las explicaciones. Se convirtió en una mujer más bien callada, sonreía irónicamente, una sonrisa de lado ese se había convertido en su gesto favorito y más expresivo. Cada vez que lo hacía, algo callaba. 
Puede que el nuevo mundo que se le había abierto le hiciese más pequeña y tímida. Seguía teniendo que decir, y deseaba hacer mil cosas, descubrir tanto y todo.
Ya nadie la entendía, ni siquiera ella misma. Algunos incluso se preocuparon. A ella le dejaron de importar los algunos y los otros. Sabía que lo hacían desde la bondad, pero ese nuevo yo le evitaba preocuparse por otros en cuanto a su vida se refería. En su actitud se veía un extraño individualismo. No necesitaba dar ni tener razones.
Una independencia incluso de lo que antes creía que era ella misma. Vivía sin aparente móvil.

.-Dawn 







sábado, 7 de febrero de 2015

SILENCIO DE DIOS

En los lentos amaneceres
llenos de luces dudosas
el silencio de Dios es como un barco
que navega mis ojos dulcemente.
Me duelen las cosas todas que laten
bajo la lluvia implacable
que cae en la oscura corteza de este mundo.
Un dolor de invernada,
un dolor de llanura fría, allá lejos,
pone cuchillo de viento
en el último vuelo de los pájaros.
El silencio de Dios se transforma en niebla
y me pesa en los párpados. Pregunto.
Una pared inmensa
limita las voces de los que lloran cieno. 
.-Celso Emilio Ferreiro

Hoy dan la noticia de que ya son 3 los muertos sin hogar a causa del frío. Nadie es responsable, nadie se responsabiliza. Me da igual en este momento el porqué esas personas acabaron en las calles, problemas económicos, psíquicos, o de cualquier índole. Me da igual, hay quienes entendemos que es cuestión de todos en una sociedad proteger a los más débiles. Que es una cuestión humana y político. 

Y por eso sí veo responsables, veo conocidos rostros, veo muchas caras, incluso la de dios, pero también veo la mía.

El frío duele más que nunca, puesto que se encuentra en el interior de muchos, y ese frío es el que araña la piel de quienes sienten, congela las carnes de quienes se mueven, asesina a quienes necesitan y les deshumaniza a esos muchos.

Quizás sí estamos hechos a la imagen y semejanza de dios, puesto que sufrimos su  terrible ceguera y su eterno silencio.






jueves, 11 de diciembre de 2014

Por qué cantamos

Si cada hora viene con su muerte
si el tiempo es una cueva de ladrones
los aires ya no son los buenos aires
la vida es nada más que un blanco móvil


usted preguntará por qué cantamos


si nuestros bravos quedan sin abrazo
la patria se nos muere de tristeza
y el corazón del hombre se hace añicos
antes aún que explote la vergüenza


usted preguntará por qué cantamos


si estamos lejos como un horizonte
si allá quedaron árboles y cielo
si cada noche es siempre alguna ausencia
y cada despertar un desencuentro


usted preguntará por que cantamos


cantamos por qué el río está sonando
y cuando suena el río / suena el río
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino


cantamos por el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos


cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota


cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta


cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.

.- Mario Benedetti

   

lunes, 8 de diciembre de 2014

Sin título



En algunas ocasiones, sensible y frágil son sinónimos. 

En otras, lo terrible está pleno de belleza. Una belleza trágica.





martes, 12 de agosto de 2014

¡OH, MI YO! ¡OH, VIDA!

O ME! O life!... of the questions of these recurring; 
Of the endless trains of the faithless—of cities fill’d with the foolish; 
Of myself forever reproaching myself, (for who more foolish than I, and who more faithless?) 
Of eyes that vainly crave the light—of the objects mean—of the struggle ever renew’d; 
Of the poor results of all—of the plodding and sordid crowds I see around me;
Of the empty and useless years of the rest—with the rest me intertwined; 
The question, O me! so sad, recurring—What good amid these, O me, O life? 


Answer.

That you are here—that life exists, and identity; 
That the powerful play goes on, and you will contribute a verse.


WHITMANW., Leaves of Grass
¡Oh, mi yo! ¡oh, vida!... de sus preguntas que vuelven,
del desfile interminable de los desleales, de las
ciudades llenas de necios,
de mí mismo, que me reprocho siempre (pues,
¿quién es más necio que yo, ni más desleal?),
de los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos
despreciables, de la lucha siempre renovada,
de lo malos resultados de todo, de las multitudes
afanosas y sórdidas que me rodean,
de los años vacíos e inútiles de los demás, yo
entrelazado con los demás,
la pregunta, ¡Oh, mi yo!, la pregunta triste que
vuelve  ¿qué de bueno hay en medio de estas
cosas, oh, mi yo, oh, vida?


Respuesta

Que estás aquí  que existe la vida y la identidad,
que prosigue el poderoso drama, y que puedes contribuir con un verso.


WHITMANW., Hojas de hierba

jueves, 26 de junio de 2014

Epitafio para la fe


"Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra.; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quien doblan las campanas: doblan por ti". 


-Ernest Hemingway




La frialdad, la lejanía y la indiferencia acaban siendo maldad pura, y veces sin razón subyacente de peso. Supongo que es esa una realidad y por eso estamos dónde estamos y vivimos como vivimos. 
Quizás no nos expliquemos, ni jamás comprendamos los grandes sucesos ni las grandes consecuencias, pero sólo hay que mirar las pequeñas, pues son la raíz, lo otro es un simple reflejo. El origen de la maldad está en lo que parece sutilezas insignificantes comparadas con las grandes desgracias. 




Cuentan que la Bella Durmiente

nunca despertó de su sueño. 

Leopoldo María Panero