lunes, 26 de febrero de 2018

Construcción de la Alteridad del salvaje en la Odisea de Homero y el Cíclope de Euripídes


Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.[1]

.-ITACA, de C.P. Cavafis


[1] CAVAFIS, C. P.  Traducción de Pedro Bádenas de la Peña. Poesía completa,  Madrid: Alianza, 2003
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 EL SALVAJE Y LA ODISEA
El mito del salvaje: Origen e importancia
   Desde Mesopotamia y Egipto hasta nuestros días en nosotros sigue vivo el mito del salvaje. Está presente en toda la construcción de nuestra identidad como occidentales. Sus funciones varían, según el momento, contexto, problemas, etc. Partiremos para demostrar esta tesis de la misma Grecia, estudiando el mito del salvaje en Homero y comprándola con la obra de Eurípides. En concreto, en la Odisea de Homero.
   En Homero se tratan los temas clásicos que los autores posteriores comentarán y que los filósofos no dejarán de plantearse. Una forma de hacer filosofía podría ser cómo los filósofos han pensado a Homero, desde los presocráticos.
Para la antropología filosófica la obra de Homero es fundamental, porque sus poemas tienen suficientes elementos para que en griego reconstruyamos una forma de ver cómo son los humanos que no parte de la concepción dualista psicosomática y una visión dualista de la humanidad.
   La hermenéutica de Platón le permite al filósofo darse cuenta de una cosa, que los filólogos interpretan los textos de los antiguos desde premisas filosóficas y antropológicas que dirigen su visión y de las que no son conscientes.
Puede que la crítica más fuerte a la sociedad de guerreros la haga el mismo Homero. Hay un gran poeta que aprovechando la tradición construye un texto que le transmite al lector el desarme más grande que pueda tener uno.

La figura del salvaje en la visita a la tierra de los cíclopes
   En el canto IX, se nos relata la visita de Odiseo y su tripulación al país de los cíclopes, en contraste con la visita posterior a la tierra de los feacios, modelos respectivos de salvajes y de civilizados.
Es clave para el imaginario griego la construcción de la alteridad, es decir, cómo se piensa al distinto, así como ver qué ventajas o fines puede tener su representación en un discurso literario. Se trata de construcciones del imaginario griego que desde su etnocentrismo piensa y re-presenta al distinto, al otro, y de esa manera se acabarán concibiendo a sí mismos por oposición a la visión construida de la alteridad, que actuará como una especie de negativo para pensarse al propio pueblo griego. Si la figura del bárbaro, de manera simplificada, podríamos decir que sirve para crear una alteridad por oposición al griego, con características como que tiene una organización social distinta, que no cree en los dioses olímpicos, viste de manera distinta, etc. y, quizá lo más importante, habla otra lengua (cosa que pudo ser, y lo fue, utilizada para construir argumentarios sobre si era legítimo o no invadirlos debido a que la incomprensión de lengua se relacionaba con una carencia del logos bárbaro); la figura del salvaje juega otra función. Por ejemplo mostrar la importancia de la polis al ciudadano griego frente al salvajismo en el que podría caer cualquier humano que se viera alejado de la ciudad, y degradarse de una construcción social que cuenta con leyes, derecho y justicia a un estado de salvajismo animal: el salvaje no vive en comunidad, carece de normas y rituales sociales y de leyes, no da importancia a la hospitalidad con el náufrago o con quien viene de una guerra, representa la fuerza bruta frente a la inteligencia, actúa de manera inmediata cuando siente un deseo por satisfacerlo (no hace la separación entre el experimentar un deseo y el momento de cumplirlo), e incluso llegará al punto máximo de rotura con el modelo civilizado cuando engulla a los compañeros de Odiseo, evidentemente sin hacer la división entre partes comestibles y no comestibles que hacían los griegos, para entregar las no comestibles a los dioses a modo de ofrenda.
En definitiva, vemos cómo el poeta juega con las imágenes visuales para realizar este choque de lo que podríamos llamar “estadios de humanidad o animalidad”.
Otra de las características clave para nuestro análisis, entrando ya de lleno en el comentario de la obra, es el desconocimiento de la agricultura y la navegación. Estos constituyen elementos fundamentales de la sociedad griega, y no poseerlos ya muestra un primer alejamiento, algunas características del otro, que son susceptibles de constituirse en una gradación a la hora de colocar una cultura o modo de vida por encima de otras.
En su relato a los feacios, Odiseo envía unos hombres para ver quiénes habitan las islas. Encuentran en primer lugar una isla que representa el mundo natural, donde sólo hay vegetales y cabras, representa una naturaleza salvaje. Lo cual para Odiseo y sus compañeros es de imaginar que supone razón suficiente el hecho de que no haya muestras de civilización ni de un espacio sagrado para poder explotar este medio.
   Su móvil es antropológico: ver quiénes habitan esa isla, cómo son y si comen pan. La segunda parte en esta aventura de los cíclopes es cuando llegan a su isla propiamente dicha, donde veremos cómo se articula la imagen del salvaje en un humano.

El hecho de que fueran obras articuladas para leerse ante un público, del mismo modo que la tragedia en la representación teatral, constituye un hecho de comunión con el resto del pueblo, donde se participa colectivamente de la narración o representación, y el discurso que estas transmiten se articula de manera global en el ideario de la sociedad.

En la primera isla ya se ha dejado entrever una de las características que van a formar parte del modus vivendi de los cíclopes, la caza y ganadería, y con esta, la alimentación a base de carne. Ulises y sus compañeros cazan cabras en la primera isla, sacrifican y comen. Actos rituales, civilizatorios, por lo tanto en contraste con cómo actúan los salvajes.
Odiseo y sus compañeros van a ver a los cíclopes con una bota hecha de piel de cabra donde guardan el vino de los Cicones, un vino que le había dado el sacerdote de Apolo del lugar anterior que saquearon, y que fue entregado en agradecimiento por no violar el espacio sagrado. Constituye un vino excelente, que sólo el dueño sabía el sitio en que había sido oculto. Compartir la bebida es un hecho cultural de primera importancia. Odiseo lleva el vino mencionado para compartir con los cíclopes. Para conocer quiénes son los humanos de esta nueva isla realiza el ritual de ofrendar a los autóctonos, esperando recibir algo a cambio.  Lleva una bota con vino, alforjas con pan y una espada. En estos tres símbolos vemos que se trata de hombres civilizados.
En la cueva se encuentran un gigante, que era ganadero solitario y apartado. No entraba a convivir con los demás, y viviendo lejos de todo, no sabía qué es la justicia, desconocía la ley: «En verdad era un monstruo (…) y en nada se parecía a los que comen pan, se parecía a una boscosa cresta de montaña que se ve alejada del resto».[1]
En las últimas líneas, vemos como lo denomina monstruo-espanto y  la metáfora es con un pico de montaña, es decir le hace formar parte de lo natural y lo salvaje y no de lo humano y civilizado. Esta es la imagen del salvaje en Homero, un monstruo, un gigante, un espanto.
El tema de gigantes y enanos es una constante en distintas culturas, ser humano significa tener unas medidas concretas, un gigante sería alguien frente a quien no podemos combatir, porque por fuerza y tamaño es imposible derrotarlo. Aquí al salvaje se le añade el tamaño gigantesco, pero hay que añadir un segundo punto, es un monstruo, un espanto, sólo tiene un ojo. ¿Qué quiere decir que un pueblo se imagine una tierra poblada de monstruos con un solo ojo? Con un solo ojo no se percibe la profundidad, tiene una percepción de la realidad sin profundidad, no sabe la distancia que hay de un sitio a otro, tiene una visión plana de las cosas. El tema de la visión plana es un tópico, si no se conocen las cosas al fondo, se tiene una visión superficial de estas. Aquí ya se anticipa que el logos de griegos y salvajes es distinto, pues los rasgos culturales y físicos hasta ahora mostrados se van a mostrar en una superior inteligencia para derrotar al cíclope (puesto que físicamente el combate es imposible), rasgo que también es susceptible de articularse como argumento para invadir y conquistar otras formas de vida.
Los cíclopes son ganaderos, cuando el humano descubre la agricultura se ve como un ser superior a la ganadería, constituye una forma de subsistencia superior. En toda forma de subsistencia hay una previa, la caza y recolecta son las previas en este caso. Se es consciente de que con ganadería y agricultura hay una forma de vida que es parasitaria pero que se da, la piratería, que roban el ganado y los productos de agricultura. También existen los soldados, pero frente a los piratas, ellos quieren volver a su casa, pero de camino se comportan casi como piratas, del mismo modo que los piratas, no sólo atacan barcos, al tomar tierra se comportan del mismo modo que los protagonistas aquí. Eso muestra que los supuestamente civilizados también tienen rasgos de salvajismo.
Para concluir lo dicho hasta aquí es necesario destacar la importancia de la ganadería y la agricultura en una civilización, pues permiten la convivencia de un grupo mayor, y que se den estructuras demográficas mayores, por lo que no habrá una verdadera ciudad si esto no existe.

La figura del salvaje en la visita a la tierra de los feacios
En esta visita podemos encontrar una definición del salvaje pero por reacción, todo aquello que no es el salvaje.
En el canto VI, se da el encuentro entre Ulises y  Nausícaa, hija de Alcínoo, rey de los feacios. Tras naufragar, Ulises es despertado por unas jóvenes que estaban lavando la ropa, él está desnudo, sucio y greñudo, rasgos que se atribuyen al salvaje. Ya desde el primer momento se pregunta por dónde habrá ido a parar, la importancia de la pregunta reside en el temor por conservar la vida o ser devorado, recordemos que este canto acontece cronológicamente posterior a la aventura de los cíclopes, que será relatada en el canto IX:
—Quedaos aquí sigler mis fieles amigos, y yo con mi nave y mis compañeros iré allá y procuraré averiguar qué hombres son aquéllos; si son violentos, salvajes e injustos, u hospitalarios y temerosos de las deidades.[2]

Es de vital importancia el juego de imágenes que compone el poeta: Odiseo surge de la selva, rasgo de salvajismo, y es comparado con un león en la caza. Podríamos pensar que Homero quiere destacar la pugna entre el actuar como un salvaje, la animalidad, y la vida civilizada, en base a las acciones de Odiseo, pues este, según es descrito, fácilmente podría haberse comportado de otras formas con Nausícaa. Sin embargo, esta, frente a sus compañeras, e imbuida de fuerzas por Atenea, se resiste a huir y le dará ropas a Odiseo, representación del a hospitalidad civilizada ante el malaventurado.

El poeta construye una sociedad o modalidad cultural mítica –la de los cíclopes– para contraponerla a una sociedad civilizada y que se les considera tal porque viven aislados. Ahí el poeta construye el mito del hombre salvaje con una de las imágenes más fuertes de todo Occidente.
Incluso los feacios que desconfían de los forasteros acogen a Osideo y le guían. Nausícaa le dirá a Odiseo que no vaya en ese momento a la ciudad, que fuera por la noche a poca luz al palacio del rey y que actúe según el ritual del forastero que pide hospitalidad. Esto indica que sería un pueblo de migraciones constantes. Zeus es conocido como el hospitalario, para esta forma de cultura, la hospitalidad es sagrada.
Los feacios actúan respondiendo a un modelo de acogida piadoso, hospitalario y con buena conciencia, en seguida lo lavan, le dan de comer y un rapsoda que está cantando aventuras de la guerra de Troya. Los feacios celebran unas fiestas en su honor y se comprometen en llevarlo en barco a su tierra. Reconocen a Odiseo con su identidad debido a la emoción de este con el cantar del rapsoda como ya hemos mencionado antes. El pueblo de los feacios tiene un jardín que sería el sueño de una agricultura perfecta, los árboles tienen una disposición perfecta para que a lo largo del año no deje de haber fruta.
El tema de la agricultura y los pueblos no agrícolas es una distinción fundamental, cuando Odiseo regrese a Ítaca, que será un proceso fundamental, no va directo a la ciudad, sino a las afueras, donde ve un criado que lo acoge, pues él va vestido como un miserable, un esclavo, el encargado de criar a los cerdos lo acoge. Allí está el padre de Ulises, un agricultor, el punto es, en qué medida para la Grecia arcaica un pueblo sedentario dedicado a la agricultura es el prototipo de un pueblo civilizado. Sin esa agricultura básica, dos o tres características básicas no se dan, el pan el vino y el aceite.
Ulises en ese camino, antes de pedir hospitalidad, ya comprueba que es un pueblo agricultor, cuando entra, encuentra una sociedad jerárquica con un rapsoda que sirve para después de una cena contar la propia historia de ese pueblo y cuando hace el ritual a él le dan de cenar y beber y convocan que haya pronto unas fiestas. Se ve que la civilización implica una serie de deportes, etc., que son prototipo de lo que luego serán los juegos olímpicos. Un pueblo no compite con armas para la muerte, sino en el combate del deporte, como un entrenamiento, en periodo de entre guerras.
A la persona que pide hospitalidad, aparte de lo visto, a esa persona se le pide que se identifique, y la respuesta de la identidad de un hombre es contar su vida, que es lo que hará Odioseo. Cuenta qué grupos de humanos ha visto, y cuando cuente la historia contará lo sucedido con los cíclopes. [3]

  EL CICLOPE DE EURÍPIDES

En este apartado analizaremos críticamente la figura del salvaje en el Cíclope de Eurípides viendo las similitudes y diferencias que se encontramos con el ciclope de la Odisea de Homero.

Sátira
En la Grecia antigua un drama satírico se representaba al final de una trilogía. Los autores presentaban trilogías, aunque a nuestros tiempos sólo hay conservada una, de Esquilo. Después de representar las tres partes, realizaban un drama satírico, pues las tragedias dejaban al pueblo emocionalmente muy agotado, con vivencias muy duras, y por ello el drama satírico servía para recobrar la sonrisa.
Una de las funciones de este drama satírico es que los atenienses se den cuenta de qué la constituye, pues el autor dramático provoca con la risa una especie de reacción de lo que sería disfuncional según su parecer en un buen funcionamiento democrático. Ya que en su forma de contar el mito del salvaje, del cíclope, veremos qué cosas le sirven para provocar risa y cual es el aspecto crítico de esa risa.

 El ciclope de Eurípides y el ciclope de Homero
A diferencia de Homero, en Eurípides encontramos al sátiro, que mezcla elementos humanos y animales, concretamente de cabra. Una cosa significativa es que se representaban siempre llevando un falo exagerado y erecto, hacen referencia a la sexualidad. Van con pieles, y dentro de los sátiros hay un personaje que es el jefe, el mayor, Sileno. En este drama satírico hay una novedad con respecto a Homero. Si la figura del salvaje en Homero es el cíclope, y los amigos de Odiseo también tienen aspectos de este salvajismo, antes comentados, aquí están los sátiros y Sileno.
En Homero no está descrito dónde está esta isla. En Eurípides sí que aparece dónde se encuentra la isla, Sicilia. En la mitología también existe la leyenda de que hay cíclopes que hacen grandes obras con grandes piedras. Escoge Sicilia porque parece que hacía poco los atenienses habían tenido problemas con los sicilianos e indirectamente Eurípides a los atenienses está recordando que hay que darles su merecido, un castigo. La forma de contar el mito puede introducir gran serie de variaciones sobre lo que se quiere decir.
Odiseo y sus compañeros encuentran una isla donde hay distintos sátiros que están limpiando. El cíclope, el de Eurípides también es ganadero, una novedad con Homero son los criados, con un sentido fuerte, sirvientes, esclavos. Aquellos viajeros que llegan a esta isla, si no se los puede comer, porque lo ha intentado, pero la carne de sátiro era indigesta, entonces los reduce a esclavos. Se encargan de tener la cueva perfectamente limpia. Este cíclope tiene sentido de la limpieza y del orden, y como si fuera un patricio ateniense, esclavos. A otros les encarga llevar el ganado a pastar, y él se va a cazar a la alta montaña, dicen los expertos que Eurípides estaba diciendo que ahora en Atenas, cuatro jóvenes, en lugar de preocuparse del patrimonio familiar se van a probar caballos, se van de caza, a la playa, etc. En esta obra el cíclope se desentiende del oikos, tiene unos esclavos que se ocupan de ello y él se dedica exclusivamente al otium. Esta obra ha sido muy estudiada por las lecciones de antropología que enseña, en qué medida es posible una convivencia entre humanos…
La primera cuestión que aparece es que Odiseo se encuentra a Sileno y los otros, les piden provisiones, empiezan intercambiando, hay sociedad en la medida en que intercambiamos, aunque sea tan básico como la caza de uno por la del otro. Odiseo lleva el vino, lo intercambia por queso y carne de cordero.
El tema del  intercambio de lo que es propio, el vino aquí es un regalo. Sileno no es el amo, es un esclavo, finge que todo lo que hay en la cueva es suyo. El intercambio fracasa si alguien no es justo, roba o se apropia de lo que no es suyo. Hay sociedad si hay intercambio de mensajes, de palabras, no hay sociedad si no hay diálogo interpersonal. Las condiciones de un diálogo, una es que se comprometan con lo que dicen, si uno habla por hablar, se está perdiendo el tiempo. La importancia de la propiedad y la palabra como constitutiva de pactos, si esto no funcionara se romperían las normas de la sociedad. Ambas cosas las hará Sileno ya que le robará y mentirá a Polifemo.
Él es perfectamente consciente del poder del uso de la palabra. La fuerza de la palabra está reconocida, Sileno le pide que le corte la lengua. Odiseo hace preguntas para informarse de quiénes son los cíclopes, cómo viven: aislados, nómadas, no saben qué es tener casa, edificios, murallas, etc. Qué son y qué no son, qué desconocen: agricultura  - pan y vino y su ya comentada carga antropológica- y son sanguinarios.
Los sátiros y los compañeros están sometidos al cíclope, uno de las cuestiones más relevantes que se tratan es cómo pueden unirse para luchar contra la situación de dominación. El cíclope empieza a hablar con Odiseo, que le dice que viene de la guerra de Troya. El cíclope aparece como perfectamente informado de la situación que pasa en el mundo, sabe que ha habido una guerra. El cíclope se burla, los desacredita, ¿la guerra por quién? ¿por alguien como Helena? No hay sociedad sin intercambio entre sexos, estos es lo que provoca lances y justifica la prohibición del incesto. En este drama aparece que tanto los sátiros como el cíclope no saben esto. Sátiros porque sólo entienden el sexo como algo de grupo y continuo, no se puede formar una pareja. ¿Qué le pasa al cíclope? Hay fragmentos en los que parece que cuando hablan estén en los rituales de cómo en Atenas se hacía con amigos, cómo iban vestidos, qué cantaban…
Cuando el cíclope esta embriagado no sabe cuáles son las reglas de una pareja de novios en una sociedad, los rituales, etc., sino que quiere sexo inmediato, y hace una doble transgresión: en todos los grupos humanos se considera que lo normal es respetar las generaciones en el intercambio sexual, pero hay una segunda, un tipo de relación que está socialmente bien considerada, la heterosexual. ¿Qué pasa cuando el cíclope se emborracha y excita? Quiere sexo con Sileno que es viejo, sátiro y macho, de manera que se ve como un salvajismo, ya que no es consentido, es con un anciano y pensando que es un joven Ganímedes.
Eurípides cita el templo de Poseidón, Odiseo para evitar ser devorado por el Cíclope le dice que ellos lucharon para que siga en sus manos el templo consagrado a su padre, este responde llamándoles ignorantes,  puesto que el único dios que él respeta es su vientre:

Ulises
Nosotros, ¡oh noble hijo del dios marino!,
te suplicamos y te decimos abiertamente
que no sufras a los huéspedes que han llegado a tu cueva
matar y servir de impío alimento a tus quijadas,
nosotros que, ¡oh rey!, a tu padre sedes de templos
hemos respetado en los repliegues de la tierra de Grecia.[4]

Ciclope
Los promontorios del mar fundados por mi padre
deseo lo pasen bien. ¿Por qué los voy a tomar en cuenta?[5]

La respuesta en la obra Eurípides es más dura que la que encontramos en la obra, porque el ciclope  de Eurípides no sólo se come dos amigos de Odiseo, sino que los coge y palpa para ver qué parte está más tierna para comer.
Sin embargo este cíclope tiene utensilios de cocina. Cocinar tiene una carga antropológica considerable, el aspecto de la comida. El cíclope aparece aquí como un especialista, primero toca para ver dónde está la mejor carne: lo más duro lo hierve, lo más tierno lo asa. En segundo lugar, diferencia esa carne entre lo que es susceptible de asar y de hervir, y no menos importante es que poseo instrumentos; cuchillos, ollas, pinchos…
Vemos cómo aquí se nos presenta un salvaje más peligroso, no ya que el salvaje los mata para alimentarse, como hacen los hombres, este come otros humanos, lo cual es un acto brutal, sino que no se queda ahí, hay un salvajismo mayor, puesto que este cíclope se come a otras personas por placer y no por hambre.
El cíclope desconoce los rituales de la bebida, del banquete ateniense, y Sileno quiere enseñarle al cíclope cómo se debe beber, pero este parece no haber aprendido, puesto bebe hasta embriagarse, el cíclope, sin respetar lo que le ha enseñado, lo bebe de la botella, romper a norma/costumbre.
Los sátiros empiezan a poner excusas, no hacen nada por su liberación, son unos cobardes, están condenados a vivir eternamente como esclavos, porque lo que Odiseo quiere es que arriesguen su vida para liberarse. La reflexión de Eurípides sobre el salvaje en su contexto de una Atenas democrática cambia por completo por respeto a la versión de Homero, el salvajismo aquí es mucho más explícito, puesto que el salvaje rompe con las normas del comercio, rompe las condiciones dialogo, rompe con la normativa y rituales de relacionarse sexualmente y el punto básico es, el salvajismo es más fuerte aun porque, no solo porque la única divinidad que respeta es su vientre, su satisfacción, tampoco trabaja, pues explota a los otros.
A diferencia que en Homero, el salvajismo del sátiro, sólo tiene la mentira, el robo. La única cosa que puede hacer ver a Odiseo como un salvaje es que cuando piden como suplicantes. Cuando ve cocinar a sus amigos siente impotencia, no ha tenido sentido el jugarse la vida en la guerra. Tiene una crisis existencial radical, y llega a decir, si la realidad es así, toda la estructura religiosa de nuestro compromiso, de salvaguardar templos, etc, es una mentira, no hay más dios que la fortuna, el azar, los vientos del mar te llevan en una dirección u otra, pues si te llevan a tierras de esta bestia, te condenan.
Aunque seguido de esa crisis nos dice que no hay desesperarse porque con él está el vino (Dionisos simbólicamente) y se pueden liberar, porque esa fuerza la desconoce el cíclope, ya que es esencialmente humano como hemos mencionado anteriormente. Y entonces, podrán ganarle. Hay una respuesta compleja del poeta en lo que diríamos que hay  la posible pérdida de la lucha, no mantenerse como un guerrero hasta el final, que seria su retrogradación al salvaje.


La figura del ‘hombre salvaje’ que hemos encontrado la mitología merece este análisis crítico realizado por varias razones. Como ya sabemos, con el apelativo de salvaje, junto a los de 'bárbaro', 'pagano’ o 'primitivo', los occidentales han denominado a los otros pueblos y culturas, legitimando así sus conquistas y su colonización como la mejor manera de transmitir la verdadera religión y la autentica civilización. Es más importante   saber que esta expresión mitológica es anterior a la expansión colonial y que nos muestra la otra cara de la razón occidental y sus deseos y temores más ocultos, su violencia interna y el drama de su identidad inestable.
Dicha figura sobrevive a toda historia de Occidente, adaptándose a las diversas circunstancias histórico-culturales mediante varios cambios y variaciones que le permiten desempeñar una nueva función y transmitir otros significados.
Y por ello nos hemos adentrado en las dos primeras manifestaciones de este mito, la que nos da Homero describiendo la aventura de Odiseo con su encuentro con el ciclope en el canto IX de la Odiseo y la descripción que nos da Eurípides en el drama satírico El cíclope, para describir con detalles la constitución de la imagen de Polifemo y para detectar los importantes cambios que ya sufre en estas obras de tan relevantes en nuestra cultura


[1] vv. 183 y ss.
[2] vv. 172 y ss
[3] Canto VIII v. 572 y ss
[4] vv. 291 -296
[5] vv. 318 - 319
 BIBLIOGRAFÍA

  1. Joan B. Llinares, "¿Son verdaderos sujetos los seres humanos de la Grecia arcaica? Notas en torno a la interpretación de la antropología homérica", en Las identidades del sujeto, Vicente Sanfélix (ed.), Valencia, Pre-Textos, 1997, pp. 23-57, ISBN: 84-8191-158-5.
  2. Joan B. Llinares, "El mite del 'salvatge' i el teatre: lectura antropològica d'El Cíclop d'Eurípides", en J. V. Bañuls, F. De Martino, C. Morenilla i J. Redondo, eds., El teatre clàssic al marc de la cultura grega i la seua pervivència dins la cultura occidental, Bari, Levante editori, 1998, pp. 147-176, ISBN: 88-7949-166-0.
  3. Joan B. Llinares, "La construcción del tipo del 'salvaje' en Homero", en Estudios en historia y filosofía de la biología I, México, Centro de Estudios V. Lombardo Toledano, 1999, pp. 219-246, ISBN: 970-18-2235-8.
  4. Joan B Llinares Chover, “La gestación del mito del 'hombre salvaje' en los orígenes de la racionalidad occidental: el cíclope Polifemo en Homero y Eurípides” 2010 Kleos 20 2010 81 130

  1. HOMERO. Odisea. Trad. de José Manuel Pabón. Revisada por M. Femández-Galiano. Madrid: Gredos 1986
  2. BARTRA, Roger. El salvaje en el espejo. Ediciones Era. México: 1992.
  3.  BARTRA, Roger. El salvaje artificial. Ediciones Era. México: 1997.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Sobre el amor


Dos amigas discutían a viva voz algo ebrias sobre la simplista cuestión de si es lo mismo "hacer el amor" y follar, obviaban las voces de los otros y se gritaban, a lo mejor ni se oían la una a la otra, pues en la discusión se jugaba la concepción de cada una sobre el amor.

En el Banquete hay dos maravillosas tesis sobre el amor, que el amor es amor a la belleza, es un ejercicio estético, amamos ejerciendo una proyección sentimental. Y que el amor es como una lucha entre dos fuerzas.

Sócrates recurre a Diotima, que le narra que el día en que Afrodita nació, los dioses celebraron en el Olimpo una fiesta, a la que asistían Poros (recursos) y Penia (carencia). Penia y Poros copulan y de ellos nace Eros. Eros es el amor. Por eso el amor nunca es estable y tiene altibajos. Pero el amor es siempre amor a la belleza. Uno se enamora de lo que no tiene, y se siente atraído por alguien porque es bello. 

Hay una escala del amor: se empieza por la belleza física y se va ampliando el campo de interés. Por lo tanto, siempre se empieza por motivos lejanos a los que nos describe el amor romántico.

Por otra parte, no solamente es voluntad de poseer la belleza, sino voluntad de engendrar en la belleza. Aquel que lo concibe, concibe la inmortalidad. La única inmortalidad que obedece al griego es la inmortalidad nacida por la obra de la belleza, del amor. 

No niego la existencia del amor, ni mucho menos creo que al ser puras reacciones químicas le quite "magia", pero no todo el mundo se enamora, unos practican el amor besando el Corán después de rezar de madrugada,  otros el amor de pareja y algunos ninguno. Porque el amor cuando es verdadero ni es eterno, ni se ama sólo una vez.

Parece que como decía también el banquete buscamos vorazmente la necesidad de no terminar en uno mismo, que a veces se convierte en que uno quiere convertir al otro en él. Galeano dijo una vez, el secreto de un amor realista y antipatrical es que la suma de uno más uno en una pareja no debe dar uno sino dos, pues de no ser así se vuelve  una relación de dominación.

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jueves, 18 de agosto de 2016

Defensa de la Melancolia y la Infelicidad

Como leales musas acompañan e inspiran meditaciones. Han destruido a las pasiones consumidoras del alma y matado la verdad. Te sonríen desde el abismo y te dan la bienvenida a una corta eternidad.
Junto a esa sonrisa a veces se molestan en recordarte que ya lo sabías, que eso tan bien disfrazado era esperanza, que si fuese ciencia no zarandearía así tu alma, ni sería móvil más que en sí mismo. Que cuando decías no esperar nada ¿Por qué te movías? La mayor distopía no existiría sino para alertar de que lo es, algo espera. 
En algunas ocasiones te hablan de lo trágico de la vida, que la orfandad del ser, de que nunca se ama lo suficiente como para ser compañía ni estar acompañado, que su amigo el tiempo te lo ha demostrado.
Entonces paras, les adviertes que ya le abrazas el tiempo, te alimentas de nostalgia, afirmas el futuro objeto nostálgico, que no puedes moverte más que por pasión productora de infelicidad, que por melancolía delirante, que repugnas la tranquilidad que es ser feliz. Que disfrutas de los zarpazos de la realidad, y que tu misma los bañas en lagrimas saladas para que duelan más y no sean olvidados, entonces junto a ellas dos  desde el abismo contemplas la bajeza y disientes. 
Vengo a instalarme en la infelicidad. 

.-Dawn 

sábado, 26 de diciembre de 2015

El silencio de Dios Parte II


En el famoso discurso de Al Pacino en la película El Abogado del Diablo, el diablo afirma ser el último humanista, se nos describe a un dios que le gusta observar, un bromista, un tacaño, un sádico e incluso un casero indiferente a la vida. Según las tres religiones monoteístas dios ha creado al hombre y todo lo que le rodea. Y he ahí que Al Pacino lo caracterice de tal forma. Como ya advertía su mayor asesino Nietzsche, dios ha dotado al hombre de instintos pero le coloca las reglas en oposición “Mira, pero no toques. Toca, pero no pruebes. Prueba, pero no tragues.” Escenifica Al Pacino entre carcajadas.

La concepción de dios que tienen las tres religiones monoteístas -con sus salvables diferencias- en su interpretación más frecuente. Dios como creador, un ser todopoderoso, omnisciente y bondadoso. Tres cualidades que si realmente las tiene, Dios no se salva de la reseña que hace Al Pacino. Si Dios es bondadoso no quiere vernos sufrir, y como en la propia Biblia dice, la vida es un valle de lágrimas, plagada de sufrimiento. Y si es todopoderoso en sus manos está evitar el mal puesto que también es omnisciente y ya de antemano lo conoce. Hans Jonas, filósofo judío en su obra El concepto de Dios después de Auschwitz” sostiene que hay que arrebatarle uno de sus tres atributos, puesto que si Dios tiene estos tres, Auschwitz no hubiese existido. Jonas a diferencia de Al Pacino que le despoja de la bondad, elige la omnipotencia. Rescatando la figura del Dios sufriente.

Pero el ateísmo no está en la labor de Jonas de rescatar al concepto de Dios. Nietzsche –cuyo ateísmo no me atrevo a asegurar pero tampoco negar– veía a Dios como una ficción que negaba la vida, y creer en él como una actitud de débiles, aquellos que para él eran de moral plebeya, y no podían afirmarse. Para vivir necesitaban la existencia de la idea de trascender o seguir ciertas normas morales construidas por ellos mismos pero dirigidas a todos, para así hacer positiva su incapacidad de afirmación y además poder señalar con dedo acusador a los que sí se afirman a sí mismo y a la vida. Occidente estaba enfermo a causa de la tradición judeocristiana heredera del platonismo, sumido en la decadencia según Nietzsche. Suponemos que sigue enfermo, puesto que Dios sigue sin haber sido asesinado del todo, incluso si nos atrevemos a mirar nuestro alrededor en los tiempos de crisis que corren, y el efecto que tiene en la dimensión humana es de resucitar a Dios. En la historia, el judeocristianismo ha triunfado y triunfa especialmente entre más los necesitados. Pero vemos como Dios, aparte de haber resucitado, se ha reencarnado esa necesidad que tenemos de él. Una vez asumido que Dios no existe o que debido a la construcción social no ocupa el mismo lugar, ya que le ha sido relegado al capital. Dios como necesidad antropológica, es decir, por una parte la  necesidad de trascender, hay quienes como Tomás de Aquino que en un acto de sinceridad en la Suma contra los gentiles reconoce que necesitamos a dios porque tenemos la necesidad de salvarnos, de transcender. Característica que  Marx que critica, “La religión es el opio del pueblo”, puesto que la transcendencia, la existencia de un más allá hace que el proletariado se adormezca como si consumiese opio, y no se preocupe por mejorar sus condiciones de vida actual, debido a que en la otra ya serán positivas, ya que su actitud humilde y pasiva en concordancia con esas normas religiosas se lo garantiza. La religión como una felicidad ilusoria. A parte de la necesidad de salvarse, está el miedo a la soledad: Dios no existe entonces estoy sólo.

De la mano de esa bestia llamada soledad está nuestra necesidad de ser reconocidos, ejemplo de ello encontramos a la inversión del vivir para contarlo, ahora hay que contarlo para haberlo vivido. Si un acontecimiento no es televisado, no ha sucedido, y el reflejo de esto en la vida cotidiana es el selfie, una moda tan extendida como potencialmente significativa, en nuestro afán por mostrar que vivimos y disfrutamos de ello, que los demás lo reconozcan, nos reconozcan, hemos dejado de vivir y disfrutar. Nos hemos convertido en meros reporteros de nuestra vida.

Llegado a este punto, exista o no Dios, su esencia permanece. Su origen en el hombre. Idea de Bien, Jesús, Allah, Yahvé… Todos tienen el mismo origen humano, la trascendencia y el caer en la idea de Dios como causa de todo: Dios es la causa y no tiene causa. Puesto que el buscar causa a cualquier efecto no puede ser eterno, tiene que haber una causa original. A lo que la ciencia podría responder “la materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.” Y aun no teniendo respuesta no perdería credibilidad, porque se trata de eso, de buscar las respuestas ya que no hay un libro con todas ellas y poseedor de las mismas palabras de Allah, Yavhé o Jesús. Yo me pregunto desde la ingenuidad si dios este existe ¿En cuál hay que creer? ¿Por qué uno y no otro? Ya que en la historia hemos visto batallas religiosas, unos contra otros. En cuestiones de fe no hay dialogo, ya que todos creen tener la verdad y la única verdad. Y si es así, para ser castigado según estas religiones hay que tener culpa. ¿Debe el Dios cristiano en el caso de ser el verdadero  castigar a una mujer por ser musulmana si lo es por haber nacido en Libia? ¿Y el Dios musulmán en el caso de ser el verdadero a una católica española? Si son religiones monoteístas, sólo se puede adorar a uno, por lo tanto negar al resto.
Retomando el tema de la necesidad humana que ha creado o nos permite creer en Dios: ¿No somos capaces de matar a Dios? ¿No somos capaces de vivir sin la seguridad de salvarnos? ¿Hasta que punto podemos construir nuestra propia moral? Una vez que la negación de Dios vaya de la mano de no necesitarle, es decir, superar la necesidad de la transcendencia. Que la figura del ateo no sea el que niegue a dios sólo, sino que no lo necesite. Ya que Dios no es solamente el Dios judeocristiano, y posiblemente para vencer a este y todo lo que ha supuesto históricamente entre otras cosas -ya que es otra cuestión- hay que cubrir la necesidad de la trascendencia, aceptar la vida como una, y aceptar nuestra soledad existencial, nuestra individualidad. No hacer de ello algo positivo, sino aceptarlo como negativo que es.
Es obvio que no es comparable la dependencia del Dios  judeocristiano a la dependencia que de las nuevas ficciones, los nuevos dioses, pero la religión tampoco tuvo un inicio especialmente dañino, lo que queda claro es que ambas cosas parten de la negación de la vida y de nuestra propia condición natural. Si somos seres racionales no podemos creer en Dios y en la trascendencia. Estas son infinitas y ni la razón ni nosotros lo somos. Conciliar a Dios y a la razón es imposible. Ejemplo de ello está nuestro sistema educativo, dónde en el mismo centro puede haber un profesor que te explique que las teorías evolucionistas de Darwin y la teoría del Big Bag y seguido otro que te diga que lo del mono es falso, que a nosotros nos ha creado dios y provenimos de Adam y Eva. La fe y la ciencia no van de la mano, el Papa Francisco se equivoca al decir que el Big Bag no contradice a dios y el Papa Wojtyla no era quién para perdonar a Galileo. 
El Ateismo que se basa en  la ciencia que no parte de una afirmación y existe lo relativo. En la religión hay una verdad absoluta y no hay supuestos sino afirmaciones. Y cuando se parte de afirmaciones no cabe el conciliarse con la postura contraria ni rectificar. Para el ateo 2+2 es igual a 4 hasta nueva orden para el creyente 2+2 es igual a 4 porque es la palabra de dios, por lo tanto es verdadera, y cuestionarla es pecado. Me atreveré a afirmar que intentar racionalizar la fe, intentar comprenderla, lleva al cuestionamiento, y entre el cuestionamiento y la crítica y disensión hay un camino muy corto. Por eso separar la fe y reconocerla como algo irracional, separar el creer del saber ha sido y será el mayor acto de sinceridad por parte de los creyentes.

Al ser contradicción el Ateismo y la religión. Una se tiene que imponer a otra. Y la religión en la sociedad actual sólo tiene cabida en la dimensión individual y el ámbito personal. En la escuela Darwin y en casa o catequesis Adam y Eva. 

.-Dawn

domingo, 8 de noviembre de 2015

Carta de dimisión

Groenlandia
Sé que no obtuvimos el billete, 
no tiene sentido hablar de voluntad, 
pero no acepto su trayecto, ni quiero ya descarrilarlo,
que se detenga, me es impertérrito el donde, ese es mi domicilio,
un bosque abúlico, un desierto núbil, un solícito mar dulce o
una rocosa pluma.
Abandono su trayectoria, a paso firme y con inocente intención,
desvalijo mi aliento en el paso,
 y los fragmentos de mi pecho vuelan hacia la senda que dejamos atrás.

Continúen sin nosotros.

.-Dawn

viernes, 1 de mayo de 2015

La clase obrera va al paraiso


El trabajo en La República Platón lo circunscribe al interior de la caverna, donde los hombres, atados con cadenas e ignorantes del bien y de la verdad, desarrollan las actividades cotidianas. Para Aristóteles, trabajo es una característica específica de la oikia, es decir, del ámbito doméstico. A diferencia en la polis se erige en el espacio vital donde el hombre político es libre, se dedica a la contemplación o teoría y adquiere las virtudes de su naturaleza racional y social. El ocio es lo propio de la polis, frente al nec-ocio, propio del ámbito domestico, caracterizado por la producción y la reproducción y reservado a la mujer y a los esclavos.

Esa concepción se mantiene hasta la Edad Media, una vez aparece el Cristianismo que presenta la laboriosidad como algo positivo frente la ociosidad. Aun así sigue sin cambiar la concepción del trabajo, simplemente lo que era bueno para unos es malo y aleja de dios para otros. En la edad Moderna y con las nuevas lecturas de la biblia, las reformas de la Iglesia como la de Lutero contraponen la vida contemplativa -la de los monjes- que halaba el cristianismo y predican con la vida activa y laboriosa no porque el trabajo les iba a alejar del pecaminoso ocio sino porque había que acercarse a dios en los actos cotidianos. En el trabajo. Para Lutero se podría decir que la parte positiva del trabajo es aquella que alejaba de la vida contemplativa de la Iglesia. Reacción tras reacción. Aunque el Luteranismo tiene una concepción más positiva del trabajo que la cristiana y la de la tradición platónica sigue sin contemplar el trabajo como una actividad propiamente humana.

En Discurso al Método Descartes propondrá sustituir la filosofía meramente teórica, caracterizada por el ocio y la admiración, con una filosofía especialmente practica, que nos haga señores y dominadores de la naturaleza. Con eso Descartes deja atrás la concepción servil del trabajo, y la carga de "humanismo". 

Ahora damos el gran salto y lo que seguramente nos sea familiar. La terrible sentencia de Hobbes el hombre es un lobo para el hombre, será la que nos guiará sobre esta nueva concepción del trabajo. Adam Smith padre del capitalismo, rechazando la dimensión social y humana del trabajo, pasará a ser simplemente una actividad que sirve exclusivamente para producir riqueza. 

Hegel -autor que me cuesta en especial entender- inicia una nueva forma de entender el trabajo, incluso he entendido que entiende al hombre como resultado de su propio trabajo. En la Fenomenología del espíritu  nace su teoría del amo y el esclavo,  estos son los protagonistas de las relaciones de producción en dicha época. El amo se relaciona con el esclavo de manera mediata, a través del ser independiente, del cual además depende el esclavo. El ser independiente es lo relacionado con la naturaleza, por lo tanto se entiende que el amo está sujeto a una naturaleza en particular dentro de la cual nació. 

Hegel tiene una concepción únicamente positiva del trabajo, ya que basa en su concepción en el reconocimiento de ser para sí mismo que es la persona. Y además ve la relación de producción como una relación natural. Ahí chocará con Marx que demuestra que las relaciones de producción no son naturales sino que son siempre un producto de la historia, además Marx habla de la dimensión negativa del trabajo, la alienante. 
La concepción marxista no nace exclusivamente como critica a Hegel, sino especialmente en reacción al capitalismo que es posterior a este. Marx reivindica para el trabajo su condición de dimensión alienante. El capitalismo convierte al trabajador en una mercancía: lo aliena, le quita su dignidad y lo convierte en un puro valor económico. El trabajador vale lo que vale su trabajo. Marx propugna como única solución para superar esta injusticia la abolición de las clases.

Desde mi punto de vista es Marx el que hace un mejor lectura de lo que es el trabajo, puesto que tiene en cuenta sus dos dimensiones, la negativa y la positiva, la alienante y la realizadora. El trabajo define al hombre pero si es trabajo enajenador -que lo aliena- es entonces deshumanizador (noción humana).

Como ya he dicho la concepción que hoy en día tenemos es entre las mencionadas la más parecida a la capitalista, según Max Weber el hombre moderno es un homo oeconomicus y refleja una concepción de trabajo, cuyo objetivo principal es la productividad y la ganancia, sin atención a límites ni morales ni de responsabilidad social. 

Podríamos seguir con  una linea de tiempo sobre la concepción del trabajo en la historia del pensamiento. Pero cuanto más leo, menos claro veo que es el trabajo. Sea lo que sea, claro tengo que trabajo es lo que hace mi madre 14h al día, trabajo es lo que hizo mi abuela 30 años para sacar adelante a 8 hijos,  trabajo fue el de mi abuelo que murió por ser minero, también el de mi profesor de violín que se enervaba con mis errores, o el de mi profesor de literatura que disfrutaba de nuestras dudas, y otros millones que lo gozan o lo padecen.
Primero de Mayo debería servir para revindicar que el trabajo de mis familiares mencionados fuese como el de mis profesores, y que el trabajo de mis profesores no siguiese por el camino de parecerse al de mis familiares. Hoy y todos los días, porque sea lo que sea el trabajo está claro que históricamente ha movido el mundo y de momento es humanamente esencial.

.-Dawn

lunes, 13 de abril de 2015

Eduardo Galeano


De que su obra era excelente, sencilla, poderosa y cercana no me cabe duda. Pero literatura genial hay bastante. Me duele la perdida de un gran literato, claro. Pero, él era especial, su relato el derecho al delirio fue de las cosas que más profundo han calado en mí,  leerlo era un alivio para mis fracasos. La primera vez que lo oí -no leí- me emocionó del tal forma, sentí que lo que pensaba y sentía cobraba forma y no era descabellado. Teníamos derecho al delirio, y como decía su amigo Fernando Birri era necesario, pues sin utopías no hay avance.
"¿Para qué sirve la utopía?, esta es una pregunta que yo me hago todos los días, yo también me pregunto para qué sirve la utopía. Y suelo pensar que la utopía está en el horizonte y entonces si yo ando diez pasos la utopía se aleja diez pasos, y si yo ando veinte pasos la utopía se coloca veinte pasos más allá; por mucho que yo camine nunca, nunca la alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, para caminar."

Muchas veces hice la broma que el DRAE debería de ser substituido por el suyo pues era más fidedigno, no era del todo broma.  Las Venas abiertas, Memorias del fuego para mí no son sus mejores obras, geniales por supuesto. Pero yo veía a Galeano con sus pequeños y poderosos relatos, en sus entrevistas, en sus testimonios sobre su amigo Allende, en su defensa a Chávez, en su programa Los hijos de los días que hacía a una despertarse pensando que iba a pisar sobre una pisada mucho más grande que la suya en el tiempo, que merecía la pena y hacía falta tener memoria. Tener un calendario Galeano.

Tengo la sensación de que el tiempo se ha parado, de que el siglo XX definitivamente ha muerto y son estos otros tiempos, nuevos tiempos sin testigos de los viejos que nos digan los porqués y los cómos hemos sido arrojados así en el tiempo y el nuevo orden del mundo.

Siento su perdida como una personal, lo sentía cercano, como si le hubiese conocido, me gustaba su voz, como narraba sintiendo lo que había escrito, su acento uruguayo, su mirada melancólica, critica y con esperanzas, ¡Cuánto habrán visto sus ojos! 

Galeano era tan humano. Y hoy con su perdida se me ha muerto y un pequeño o gran sueño. Hace tiempo conocí un hombre que había viajado a Chile y comido con Pablo Neruda, me lo narraba con orgullo pero como algo normal y pensé ¡qué honor! A partir de ahí quise conocer a Galeno. Luego a un grupo de personas que en las manifestaciones del 15M de Barcelona conocieron a Galeano y su mujer, que era un hombre muy cercano y hacía muchas preguntas, les decía lo necesarios que eran y que tenían su apoyo. Entonces unas amigas y yo nos propusimos viajar a Uruguay y conocer a Galeano, nunca nos pareció un imposible. Hoy se ha convertido en uno. Pero más me duele Galeano como perdida humana universal, no sólo literaria. 

Ahora muchos le harán homenajes y lloran su pérdida, espero que el tiempo y los medios de desinformación no vacíen ni mitifiquen su figura, que sus relatos sigan emocionando a jóvenes que creen que el mundo tiene remedio, y que cada fecha en el calendario siga cobrando significado gracias él.

No hace tanto decía Eduardo Galeano sobre la muerte de Gabo:

"Juntos bebamos más de una copa a la salud del saludable Gabo para reírnos juntos, porque vivo seguirá mientras sus palabras vivan y rían y digan."
Hoy a tu salud.
Que la tierra te sea leve.

.-Dawn